Voy a asumir que mucho de los lectores de este blog han participado de capacitaciones en las que se utiliza la idea de dos hemisferios que tienen funciones claramente definidas y que, dependiendo de cuál utilices con mayor frecuencia, entonces determina la racionalidad o creatividad con la que operas en tu día a día. Bien, ese planteamiento puede ser falso y, además, bastante perjudicial.
¿De dónde viene la teoría de las predominancias cerebrales?
Esta teoría se fundamenta en que los dos hemisferios cerebrales operan de manera diferente, algo que fue planteado en los años 60 por el premio Nobel Roger W. Sperry. La teoría sugiere que las personas tienen un cerebro izquierdo o derecho dominante. Si eres principalmente analítico y metódico en tu razonamiento, se dice que predomina el cerebro izquierdo. Por otro lado, si tiendes a ser más creativo o artístico, se considera que el hemisferio derecho es el dominante.
Según este estudio, el cerebro izquierdo es más verbal, analítico y ordenado en comparación con el cerebro derecho, y a menudo se le denomina el cerebro digital. Tiene un mejor desempeño en actividades como la lectura, la escritura y los cálculos. El cerebro derecho es más visual e intuitivo, conocido también como el cerebro analógico. Su forma de pensar es más creativa y menos estructurada.
Sabemos que los dos hemisferios cerebrales son diferentes, pero ¿realmente tenemos un hemisferio dominante de la misma manera que tenemos una mano dominante?
Una teoría sin evidencias
La idea de la "dominancia de hemisferio" ha sido objeto de numerosas críticas en la neurociencia moderna, principalmente porque simplifica en exceso la compleja realidad de cómo funciona el cerebro.
En el 2023, un grupo de investigadores realizaron 65 estudios de neuroimagen sobre la emoción. No encontraron evidencias para sostener la hipótesis de la lateralización derecha y la función emocional. El estudio proporciona evidencia de que la lateralización de la actividad emocional es más compleja y específica de la región de lo que predijeron las teorías anteriores de la emoción y el cerebro.
En otro estudio, utilizando datos de neuroimagen no se ha encontrado evidencia clara de si existen tales diferencias fenotípicas en la fuerza de las redes dominantes izquierda o derecha. Probablemente, la teoría planteada por Sperry y popularizada por facilitadores, motivadores y otras actividades que se ofrecen a las empresas se pensó en una época en la que no existía la tecnología que existe hoy, por eso es hora de dejar de amplificar mitos que tienen importantes riesgos.
¿Por qué sigue siendo popular la teoría de la predominancia de los hemisferios izquierdo y derecho en el mundo empresarial?
Aunque existen varias causas, por ejemplo la falta de solidez académica de muchos procesos de entrenamiento en las empresas, una de las más importantes es que esta teoría permite simplificar algo que es muy complejo: la conducta humana. Entonces, de esa forma, es más fácil vender una solución, aunque esta sea falta.
Aquí algunos de los problemas de esta teoría aplicada en la empresa y otros entornos sociales.
Generalización excesiva: La teoría de la dominancia hemisférica tiende a categorizar a las personas en "cerebros izquierdos" o "cerebros derechos", atribuyendo rasgos de personalidad y habilidades específicas a cada hemisferio. Esta visión dicotómica ignora la gran variabilidad individual y la plasticidad del cerebro, que le permite adaptarse y cambiar a lo largo de la vida.
Evidencia limitada: Aunque existen estudios que demuestran cierta lateralización de funciones cerebrales, la evidencia no respalda la idea de que un hemisferio domine sobre el otro de manera generalizada. La mayoría de las tareas cognitivas requieren la participación de ambos hemisferios, trabajando en conjunto de manera integrada.
Neuroimagen malinterpretada: Algunas interpretaciones populares de estudios de neuroimagen han reforzado la idea de la dominancia hemisférica, pero a menudo se basan en simplificaciones o malentendidos de los datos. Las imágenes cerebrales muestran patrones de actividad, no necesariamente dominancia o control exclusivo de un hemisferio.
Impacto en la educación: La creencia en la dominancia hemisférica ha influido en algunas prácticas educativas, promoviendo la idea de que los estudiantes tienen estilos de aprendizaje específicos basados en su hemisferio dominante. Sin embargo, esta idea carece de evidencia sólida y puede limitar las oportunidades de aprendizaje al encasillar a los estudiantes en categorías rígidas. No se diga en actividades menos reguladas como la capacitación donde ha generado toda una industria alrededor de este tema.
Perpetuación de estereotipos: La teoría de la dominancia hemisférica puede perpetuar estereotipos de género y otros prejuicios, al asociar ciertos rasgos o habilidades con un hemisferio específico. Esto puede limitar las expectativas y oportunidades de las personas, especialmente en áreas como la ciencia y las matemáticas, que a menudo se consideran dominadas por el "cerebro izquierdo".
El hecho de que cada hemisferio del cerebro tenga especialidades funcionales no significa que las personas utilicemos uno de ellos de manera predominante, y mucho menos que esto determine nuestras habilidades, emociones y capacidades cognitivas. Desde Business Coaching School proponemos a nuestros coaches siempre mantener un nivel ético, académico y profesional que construya procesos de desarrollo sobre bases muy sólidas.
Interesante nota mis felicitaciones por su aporte