El coaching profesional ha ganado popularidad en los últimos años como un proceso para el desarrollo profesional. Sin embargo, como sucede con muchas disciplinas en auge, también ha sido objeto de malentendidos y mitos que pueden generar confusión. En este artículo, exploraremos algunos de los mitos más comunes sobre el coaching y los contrastaremos con la realidad respaldada por la investigación académica.
Algunos de los mitos y verdades sobre el coaching
En la escuela intentamos siempre desmarcarnos de procesos no profesionales. Sin embargo, es un trabajo diario que requiere de firmeza en los principios y no siempre es fácil. Aquí algunos de los mitos y verdades sobre el coaching con los que nos hemos encontrado en nuestro trabajo diario:
Mito 1: El #coaching es solo para personas con problemas
Realidad: Si bien el coaching puede ser beneficioso para quienes enfrentan desafíos específicos, su alcance va mucho más allá. El coaching se enfoca en potenciar el desarrollo de individuos y equipos, ayudándoles a alcanzar su máximo potencial, independientemente de su punto de partida. Como señala la International Coaching Federation (ICF): El coaching profesional se centra en establecer y alcanzar objetivos alineados con los valores y aspiraciones del cliente (ICF, 2021).
Ahora, es verdad que en América Latina la demanda actual viene de la necesidad de resolver rendimientos negativos (personas en situaciones problemáticas), más que de rendimientos positivos (personas a los que se ve como potenciales). En Business Coaching School consideramos que con el tiempo va a crecer también la demanda hacia procesos más orientados al desarrollo.
Mito 2: El #coaching es lo mismo que la terapia
Realidad: Aunque ambas disciplinas trabajan bienestar del individuo, existen diferencias fundamentales. La terapia se enfoca en sanar heridas del pasado y abordar problemas de salud mental, mientras que el coaching se centra en el presente y el futuro, ayudando a los clientes (coachees) a establecer metas, desarrollar estrategias y alcanzar objetivos específicos de desarrollo. Grant (2013) destaca: El coaching se centra en el futuro y en la acción, mientras que la terapia se centra en el pasado y en la comprensión.
Es más, el coaching profesional se centra en el desarrollo de competencias para el desempeño laboral. Jamás entra en el terreno de la "sanación", aunque a veces, muchos coaches asuman ese rol. Lo cual es uno de los grandes retos que tiene la profesión del coaching: librarse de ese estigma propagado por la práctica poco profesional.
Mito 3: El #coach te dirá qué hacer
Realidad: Un coach profesional no proporciona soluciones directas ni actúa como un consejero. Su rol es facilitar el autodescubrimiento y empoderar al cliente para que encuentre sus propias respuestas y soluciones. Passmore (2012) afirma: El coaching es un proceso de colaboración en el que el coach ayuda al cliente a identificar sus propios objetivos, desarrollar estrategias y tomar medidas para alcanzarlos.
Aunque seamos insidiosos con esto, el coaching es un proceso no directivo, es lo que lo distingue de otros procesos de desarrollo y aprendizaje. Por lo tanto, si existe soluciones que provienen del coach, ya no es coaching.
Mito 4: El #coaching es un proceso rápido y sencillo
Realidad: El coaching requiere tiempo, compromiso y esfuerzo tanto del coach como del cliente. Si bien algunos resultados pueden ser visibles a corto plazo, los logros relevantes suele requerir un proceso más largo y profundo.
Esto es importante en un mundo en el que se buscan soluciones inmediatas y enlatadas. Es por ello que un proceso de coaching efectivo requiere de una cultura de coaching, sobre todo en dos aspectos que son clave: orientación al aprendizaje y claridad sobre lo que es el desarrollo.
Mito 5: El #coaching es solo para empresas grandes
Realidad: El coaching es beneficioso para cualquier organización que tenga intenciones de desarrollar a su talento humano. El coaching puede adaptarse a las necesidades y objetivos de cada individuo y organización. De hecho, por sus características, es un proceso individualizado y personalizado.
Mito 6: El #coaching es igual a pensamiento feliz
Aceptémoslo, muchas personas que se hacen llamar "coaches", han posicionado esta idea a través de redes sociales, libros de autoayuda y otros medios. Es una idea falaz. La característica no directiva del proceso, hace imposible que un Coach haga discursos new age frente a su coachee. ¡Sería todo lo contrario a los principios del coaching!
Ahora, es claro que muchas de las formaciones que se ofrecen en el mercado no tienen la solidez para ofrecer un marco teórico y de trabajo que evite esas prácticas. Ahí radica uno de los más importantes problemas de esta actividad profesional.
En un mundo en el que existe una alta demanda de procesos terapéuticos ━síntoma de las condiciones del propio sistema político y económico actual━, personas que ofrecen frases felices, soluciones fáciles y enlatados del capitalismo más rancio (por ejemplo el "todo se puede"), se convierten en las caras más visibles, no las más competentes, de un proceso que puede aportar mucho a resolver el desarrollo del talento humano y con una profunda visión sistémica.
Referencias:
Grant, A. M. (2013). An integrative model of goal-focused coaching: A meta-analysis of the coaching literature. Journal of Applied Psychology, 98(2), 292-331.
International Coaching Federation (ICF). (2021). Definición de Coaching.
Passmore, J. (2012). Excellence in coaching: The industry guide. London: Kogan Page.
El problema es que la gente no sabe distinguir entre coaching profesional y los vendedores de humo