Esta metodología permite al coach estar más cerca del ejecutivo y así prepararlo en su mismo terreno de juego
El shadow coaching o coaching en la sombra, es una metodología del entrenamiento para ejecutivos que se diferencia de la fórmula tradicional por su carácter presencial. El método consiste en introducir al coach en el día a día del ejecutivo, para que este observe, en tiempo real, el estilo con el que el empresario se comporta en sus reuniones de trabajo. El objetivo es saber cómo reacciona a la frustración, si se logra comunicar con solvencia o cómo delega entre los mandos intermedios de su equipo.
Giselle Coquelet, coach profesional, indica que el objetivo de este ejercicio en el mismo campo de trabajo es lograr que el empresario descubra cómo adquirir nuevas competencias para ejercer un liderazgo efectivo. “El 'shadow coaching' está hecho para trabajar lo que son las soft skills, como comunicación, inteligencia emocional, saber escuchar, ser razonables, entre otras habilidades”, señala Coquelet.
Antes de entrar en la etapa de observación, el coach prepara al cliente para la reunión que tendrá, a través de la toma de conciencia de los aspectos en los que se busca mejorar. Este proceso debe ser la conclusión de las citas previas, donde se identificó qué conductas se deben mejorar. Después de la observación, el coach conversa con el ejecutivo para reforzar aquellos puntos a favor del empresario en las reuniones y los espacios de mejora. “El shadow coaching es una sesión, o varias, dentro de un programa de coach regular. Permite acercarse más a la persona, porque en las entrevistas muchas veces no sale la verdadera personalidad por falta de una lectura precisa sobre uno mismo. En cambio, mediante esta metodología, se ve a la persona en su hábitat”, explica Coquelet. La mirada del coach como agente externo contribuye al propósito de acompañar los avances del ejecutivo.
RESULTADOS Y VENTAJAS
El shadow coaching ayuda a descubrir lo que muchas veces no se capta a simple vista en la gestión de cada día. Por ese motivo, el momento más importante de este proceso es en el que el coach alimenta al cliente con feedback sobre lo positivo o negativo de su desempeño, sin decirle qué hacer o qué decir. “El coach, como en el coaching tradicional, solo ayudará al ejecutivo a descubrir sus puntos fuertes y zonas de posible mejora. La idea es poder tener dos o tres shadow coaching para ver cómo el ejecutivo ha asimilado el feedback y mejorado su desempeño”, afirma Coquelet, señalando que el coach, como la sombra, no interviene hasta el momento de la retroalimentación.
Sobre esa base, se podría decir que el shadow coaching tiene siete principales ventajas:
Ayuda a construir planes de acción, con la posibilidad de hacer ajustes sobre la marcha.
La relación del coach con su cliente es más intensa porque es una mirada externa objetiva.
Permite generar un espacio de diálogo que servirá como herramienta de aplicación.
Fortalece el estilo de liderazgo del ejecutivo, con acciones de mejora constantes.
Evita la soledad que genera el enfrentar situaciones de tensión sin estar preparado.
Se logra detectar buenas prácticas y generar un ámbito para replicarlas en la compañía.
Refuerza el manejo de reuniones y presentaciones frente al equipo de colaboradores
Ahora que sabe más del shadow coaching, ¿se anima a pedirle a su coach que lo acompañe en su próxima reunión de trabajo?
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